sábado, 2 de agosto de 2014

Fragmentos de obras representativas del periodo


“…LORD ILLINGWORTH- Nunca pienso ser viejo. El alma nace vieja y se va haciendo joven. Ésa es la comedia de la vida.
MISTRESS ALLONBY- Y el cuerpo nace joven y se va haciendo viejo. Ésa es la tragedia.
LORD ILLINGWORTH- Y la comedia también, a veces…”


“Una mujer sin importancia”- Oscar Wilde.


“…Vasallos de Ruydiaz [...] ¿Qué habéis hecho? ¿Qué hemos hecho? Destruir una tiranía para levantar otra semejante. El mal se perpetúa... Entre vosotros siguen reinando la maldad, la corrupción, la injusticia. ¡Llorad, vidas sin alma, llorad, llorad!...”


“Alma y vida”- Benito Pérez Galdós.


“…EL CONDE.- (Con voz grave, avanzando.)  Preciosas niñas, no me tengáis miedo. ¿Sois Leonor y Dorotea?
NELL.- Sí, señor: así nos llamamos.
EL CONDE.- (Llegándose a ellas.)  Pues abrazadme. Soy vuestro abuelo. ¿No me conocéis? ¡Ay! Han pasado algunos años desde que me visteis por última vez. Erais entonces chiquitinas, y tan monas... Me volvíais loco con vuestra gracia, con vuestra donosura angelical...  (Las abraza, las besa en la frente.)
DOLLY.- ¡Abuelito!
NELL.- Yo decía: le conozco.
DOLLY.- Por el retrato te conocemos…”


“El abuelo”- B. Pérez Galdós.


“…MIQUIS- Búscate un modo de vivir. Vete con tu tía...
ISIDORA- No hay tu tía, no no...; déjame. ¿Para qué has venido acá? Ni falta... Aire, aire. No necesito consejos.
MIQUIS- Aborreces a Surupa, y, sin embargo, ¡cuánto se te ha pegado de él! Cuando recuerdo cómo eras y cómo eres, cómo hablabas y cómo hablas, no sé qué me da...
ISIDORA- Así es el mundo: unos se quedan y otros se van. Yo me fui, ¿te enteras? Yo me he muerto. Aquella Isidora ya no existe más que en tu imaginación. Esta que ves, ya no conserva de aquélla ni siquiera el nombre.
MIQUIS- Pues aquélla era mi buena amiga -dijo Augusto con tesón-; ésta me repugna…”


“La desheredada”- B. Pérez Galdós.


“… Ana que le había consagrado el alma, una fidelidad de amor sobrehumano, le engañaba como a un marido idiota, carnal y grosero… Le dejaba para entregarse a un miserable lechugino, a un fatuo, a un elegante de similor,  a un hombre de yeso…, a una estatua hueca! Y ni siquiera lástima le podía tener el mundo; ni su madre, que creía adorarle, podía darle un consuelo, el consuelo de sus brazos y de sus lágrimas… Si él se estuviera muriendo, su madre estaría a sus pies mesándose el cabello, llorando desesperada; y para aquello, que era mucho peor que morirse, mucho peor que condenarse…, su madre no podía adivinar, ni debía… No había más que un deber supremo, el disimulo; silencio…, ¡ni una queja, ni un movimiento! Quería correr, buscar a los traidores, matarlos… ¿Sí? Pues silencio… Ni una mano había que mover, ni un pie fuera de casa…”


“La regenta”- Leopoldo Alas.


“…-Lea, lea.
Con voz alterada y el tonillo maquinal que adoptan los niños cuando leen sin comprender, recité el siguiente párrafo:
«Nos dicen de Santiago, que aquella Escuela de Medicina cuenta entre sus alumnos un joven notabilísimo, una esperanza para el país. Este joven hijo de padres honrados, pero humildes, ha llegado, merced a sus grandes dotes y profundos estudios, a llamar la atención de un profesor también célebre, que hace poco vino a Compostela. Se asegura que en breve saldrán juntos ambos a visitar los establecimientos y adelantos científicos en el extranjero. Felicitamos al señor don Pascual López, gloria de esta Galicia tan calumniada, ultrajada y desdeñada por los que no la conocen, etcétera, etcétera».
-¿Hay otro que se llame Pascual López entre los alumnos de Medicina? -interrogó don Vicente cuando hubo concluido el suelto.
-No señor.
-Pues entonces, bien claro está que es usted el aludido…”


“Pascual López: Autobiografía de un estudiante de medicina”- Emilia Pardo Bazán.

"...Cuando más que ceñir, romper intento
una frase de amor que amor provoca
y a mí te estrechas delirante y loca,
todo mi ser estremecido siento.
Ni gloria, ni poder, ni oro, ni fama,
quiero entonces mujer. Tú eres mi vida,
ésta y la otra ,si hay otra; y sólo ansío..."
                                               ''Lujuria''-Joaquin Dicenta.


"...Va abriendo paraísos y cerrando ataúdes;
con puñales y flores hace ramos dorados...
Es el mayor pecado de todos los pecados,
y la virtud más grande de todas las virtudes.

El amor es el perfume, y el néctar, y es veneno;
es camino de rosas y es camino de cieno;
es un rayo de luna besando un corazón..."
                                               ''Amor'' -Joaquin Dicenta.


 "Te voy a dar un consejo,
Que aprendí para mi daño:
Un día que me hice viejo
A causa de un desengaño
Si quieres a una mujer,
Quierela de tal manera
Que la dejes de querer,
Antes de que ella no te quiera.

Porque en esto de amar
Sucede lo que al reñir,
Es necesario matar o
Es necesario morir..."
                  ''Un Consejo'' -Joaquin Dicenta.

Anaís Meneses

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